Lorraine y Gloria se conocieron en una clase de baile. Ambas eran aficionadas del swing y asistían a un curso intensivo de fin de semana en el centro de la ciudad. Junior y Gianetti, por otro lado, se conocieron en un partido de básquetbol callejero. A ambos les encantaba el deporte y habían sido invitados por amigos en común para jugar un partido a campo abierto. Fue en ese momento en el que Junior, sudando y tratando de atrapar la pelota, vio por primera vez a Gianetti, quien estaba allí parada, observando el partido con una sonrisa. Después del juego, Junior se acercó a Gianetti y le preguntó si quería tomar un trago y charlar un poco. Surfeando una ola de excitación y adrenalina por el partido, Gianetti aceptó. A partir de ahí, Junior y Gianetti comenzaron a salir, a aprender el uno del otro, a descubrir nuevos hobbies y vías de exploración, hasta que finalmente se convirtieron en la pareja en la que se convirtieron, cómplices en el amor y en la vida.
