Edward-Buzzell y Lorraine-Miller se conocieron en una tarde soleada de primavera en un café en Paris. Ambos estaba sentados en una mesa al lado del otro, pero no habían intercambiado palabra aún. De repente, un viento fuerte sopló y el sombrero de Lorraine voló lejos de ella. Edward se levantó rápidamente, corrió tras el sombrero y lo recuperó justo a tiempo para entregárselo a Lorraine. Ella se sorprendió y agradeció, mientras que Edward sonrió y le dijo con una voz coqueta "Cualquier cosa por una damisela en apuros". Los dos comenzaron a hablar y notaron que tenían mucho en común, incluyendo su amor por las artes y la música. Pasaron horas hablando y al final de la noche, Edward le pidió a Lorraine que bailara con él en una fiesta de baile que tendría lugar esa misma noche. Por supuesto, ella aceptó. Bailaron toda la noche y nunca se separaron. Desde esa noche, Edward y Lorraine comenzaron su romance en la hermosa ciudad de Paris, y nunca olvidarían aquel primer encuentro en el café.