Hedy Lamarr y Louis B. Mayer tuvieron una relación profesional y personal compleja. Mayer, quien era el presidente del estudio Metro-Goldwyn-Mayer (MGM), descubrió a Lamarr en Europa y la trajo a los Estados Unidos para convertirla en una estrella de cine. Inicialmente, Lamarr era una de las actrices favoritas de Mayer y se dice que tenía una gran influencia sobre su carrera en la MGM. Sin embargo, Lamarr también tuvo problemas con Mayer debido a su control sobre su carrera y su imagen en la pantalla. Después de hacer algunas películas exitosas, Lamarr se cansó de ser vista solo como una mujer hermosa y buscó papeles más desafiantes. En su autobiografía, Lamarr describió a Mayer como un hombre poderoso y manipulador. Ella creía que él intentó controlar su vida personal y profesional en todo momento. En 1941, Lamarr y Mayer tuvieron una gran pelea y ella le pidió que la liberara de su contrato. Mayer se negó, pero finalmente la dejó ir después de que ella presentó una demanda. A pesar de su turbulenta relación, Lamarr y Mayer siguieron siendo cercanos después de que ella dejó la MGM. La actriz recibió ayuda financiera de Mayer y también se mantuvieron en contacto personalmente. Sin embargo, la relación nunca volvió a ser lo que era antes y Lamarr continuó trabajando para mejorar su carrera sin la interferencia de Mayer. En resumen, Hedy Lamarr y Louis B. Mayer tuvieron una relación complicada como actriz y jefe de estudio. Aunque Mayer la ayudó a convertirse en una estrella, también controló su carrera y su imagen en la pantalla. Después de una gran pelea y una demanda, Lamarr finalmente fue liberada de su contrato con la MGM, pero la relación entre ella y Mayer nunca fue lo mismo.