María Teresa de Austria-Estiria (1638-1683) fue una de las cuatro hijas del emperador Fernando III y su esposa Leonor Gonzaga. A través de su matrimonio con Luis XIV de Francia, María Teresa se convirtió en reina consorte de Francia y también en madre de Luis, Delfín de Francia. El matrimonio de María Teresa y Luis XIV fue negociado por el cardenal Mazarino, quien buscaba estrechar los lazos entre Francia y España. María Teresa trajo como dote la provincia de los Países Bajos españoles, que incluía ciudades como Flandes y Luxemburgo. Sin embargo, el matrimonio no fue fácil. Luis XIV tenía numerosas amantes y se sabe que la relación entre él y María Teresa fue tensa. A pesar de esto, la pareja tuvo un hijo varón y una hija que sobrevivieron hasta la edad adulta. María Teresa también tuvo un papel clave en la diplomacia entre Francia y España. Ella había sido prometida originalmente al hijo de Felipe IV de España, pero después de la muerte del heredero, se casó con Luis XIV como parte de un acuerdo diplomático. Como tal, María Teresa tenía una conexión importante con España, lo que hizo que fuera útil en la negociación de tratados de paz entre los dos países. La relación entre María Teresa y Luis XIV fue complicada, pero fue importante para las relaciones entre Francia y España en la época en que vivieron.
