Louis XV y Albertine Elisabeth Pater se conocieron por accidente en un pequeño pueblo francés cerca de Versalles. El rey, disfrazado de campesino, se encontraba cazando en los bosques de la zona con algunos de sus amigos más cercanos, cuando repentinamente perdieron el rumbo. Después de caminar por varias horas, se encontraron en una pequeña aldea donde los habitantes les ofrecieron ayuda y alojamiento para pasar la noche. En una de las casas, Louis XV conoció a Albertine, una hermosa campesina que trabajaba en la tierra junto a su familia. Desde el primer momento, Louis XV quedó impresionado con la elegancia y la belleza natural de Albertine, lo que llevó a una conversación apasionante y prolongada que hizo que el tiempo pareciera volar. En cuestión de horas, se habían creado lazos de afecto profundo entre el monarca y la campesina. Al día siguiente, Louis XV y sus amigos continuaron su viaje, pero el rey no podía quitarse de la cabeza a Albertine, por lo que decidió regresar para verla una vez más. Fue entonces cuando le ofreció trabajar para él en Versalles, lo que cambió drásticamente su vida y la convirtió en una de las mujeres más influyentes del reino. Aunque su relación estaba rodeada de dificultades debido a sus diferencias de clase social, ambos encontraron una manera de mantener su amor en secreto durante muchos años, hasta que finalmente se casaron en una ceremonia privada. Su historia de amor es recordada como una de las más apasionadas e impredecibles en la historia de Francia.
