Adriano y Luana-Kisner se conocieron casualmente en una fiesta en la playa. Adriano estaba jugando con su sobrino en la arena mientras que Luana-Kisner estaba paseando por la orilla del mar. El sobrino de Adriano se acercó a Luana-Kisner y comenzó a jugar con su perro, lo que inició una conversación entre ellos. Durante la conversación, se dieron cuenta de que compartían un interés común por la fotografía y comenzaron a intercambiar ideas y consejos. Después de un tiempo, Adriano le preguntó a Luana-Kisner si le gustaría tomar fotos juntos en algún momento. Luana-Kisner aceptó la invitación y acordaron encontrarse en un café al día siguiente para planificar una sesión de fotos en la playa. Durante la sesión, se divirtieron y se sintieron cómodos juntos, lo que les llevó a seguir trabajando juntos en proyectos futuros. Poco a poco, Adriano y Luana-Kisner empezaron a pasar más tiempo juntos, descubriendo aspectos de cada uno que les gustaban. Así fue cómo nació el amor entre ellos, gracias a un encuentro casual en la playa y su pasión compartida por la fotografía.
