Mark y Lucy se conocieron en una cafetería situada en el centro de la ciudad. Casualmente, ambos llegaron al mismo tiempo y se percataron de que no había mesas disponibles. Al ver que compartían la misma situación, decidieron compartir una mesa y conversar para hacer más amena la espera. Comenzaron hablando de gustos comunes, como la música y los deportes. De hecho, descubrieron que ambos eran fanáticos del mismo equipo de fútbol y que, casualmente, tenían entradas para el próximo partido. Entre risas y anécdotas, la espera se hizo más corta y, a medida que transcurría el tiempo, ambos se dieron cuenta de que tenían muchas cosas en común. Después de ese día, comenzaron a salir y, en poco tiempo, se convirtieron en inseparables. Hoy en día, Mark y Lucy siguen disfrutando de su pasión por el fútbol y por la vida en pareja, agradecidos por el casual encuentro que les cambió la vida.
