Luis y Antonio fueron compañeros de clase en la universidad, siempre sentados juntos por casualidad. Con el tiempo, se hicieron buenos amigos y comenzaron a pasar tiempo juntos en el campus y fuera de él. En una de esas salidas, conocieron a María José en una exhibición de arte. Luis y Antonio se sorprendieron al ver que María tenía los mismos gustos que ellos. La conversación fluyó, intercambiaron números y quedaron en salir de nuevo para disfrutar de otros eventos culturales juntos. Poco después, Luis y María comenzaron a salir, con el apoyo y la bendición de su amigo Antonio. Desde entonces, los tres han mantenido una sólida amistad que se ha fortalecido con el tiempo.