Fabiola y Luis se conocieron en una feria de arte en Madrid. Ambos estaban admirando una pintura abstracta y comenzaron a conversar sobre los colores y la técnica del artista. Al darse cuenta de que tenían un gusto similar por el arte contemporáneo, decidieron recorrer juntos la feria y compartir sus impresiones sobre las diferentes obras que encontraban. Al final del día, intercambiaron números de teléfono y acordaron encontrarse en una exposición de fotografía que se inauguraba la siguiente semana. A partir de ese momento, Fabiola y Luis se convirtieron en amigos inseparables y compañeros de aventuras artísticas.