Gilberto Zaborowsky y Luisa Mell se conocieron en un concierto de rock en São Paulo. Gilberto estaba emocionado por ver a su banda favorita tocar en vivo, mientras que Luisa había entrado al concierto por casualidad, ya que había ido a visitar a un amigo que trabajaba en el local. Ambos se encontraron en la multitud y comenzaron a hablar sobre la música y las bandas que habían visto juntos. Gilberto quedó fascinado con la pasión y el entusiasmo que Luisa mostraba por la música, y rápidamente se dio cuenta de que compartían los mismos gustos musicales. Después del concierto, Gilberto invitó a Luisa a tomar una cerveza en un bar cercano. Durante varias horas, conversaron sobre sus vidas, intereses y pasatiempos mutuos. Al final de la noche, Gilberto sintió una conexión especial con Luisa, y le pidió su número de teléfono para que pudieran volver a verse. Desde entonces, Gilberto y Luisa han sido inseparables y han compartido muchos momentos maravillosos juntos. Su amor por la música es solo una de las cosas que los une, ya que también comparten su pasión por la naturaleza, los animales y las causas sociales. Su historia de amor es un recordatorio de que las mejores cosas a menudo suceden cuando menos las esperamos.