Lydia-Cornell y Paul-Hayeland se conocieron en una cafetería cerca del parque central. Lydia estaba ahí disfrutando de un café cuando Paul entró por la puerta con prisa y se tropezó con una silla. Lydia lo observó y se acercó a él para asegurarse de que estaba bien. Paul se sintió avergonzado y se disculpó, pero Lydia le dijo que no importaba y le ofreció un lugar en su mesa. Ambos comenzaron a conversar y descubrieron que tenían muchos intereses en común. Después de un par de horas, Lydia le pidió a Paul su número de teléfono y desde entonces han estado juntos. La cafetería se ha convertido en su lugar favorito donde siempre recuerdan cómo se conocieron.