Lynda Bellingham y Michael Pattemore eran una pareja casada durante 12 años hasta la trágica muerte de Bellingham por cáncer en el año 2014. La actriz y presentadora de televisión británica se casó con Pattemore en 2008, y juntos manejaron una empresa que se encargaba de la producción teatral. Sin embargo, después de la muerte de Bellingham, la relación entre Pattemore y la familia de la actriz se deterioró. En el testamento de Bellingham se dejaba claro que su patrimonio estaba destinado a sus hijos y que Pattemore solo tenía derecho a una renta vitalicia. En 2016, se reveló que Pattemore había dejado a los hijos de Bellingham sin herencia y que había vendido la casa familiar sin su consentimiento. La disputa legal resultante se centró en el acceso de los hijos de la actriz a una propiedad heredada de su difunto padre, que Pattemore se había negado a entregar y valoraba en más de 1 millón de libras esterlinas. Finalmente, en 2017, un acuerdo entre Pattemore y los hijos de Bellingham se alcanzó por la disputa legal que se había extendido por años. Se llegó a un acuerdo por el que Pattemore cedía la propiedad en cuestión a los hijos de la actriz, y éstos a su vez concedían una renta vitalicia a Pattemore, tal y como se estipulaba en el testamento de Bellingham.
