Madeliene y Alexander se conocieron en una galería de arte en Nueva York. Ambos estaban admirando una pintura de un artista contemporáneo cuando Madeliene señaló algo interesante sobre los trazos del pincel en la obra. Alexander estuvo de acuerdo y comenzaron a discutir sobre el significado detrás de la pieza. Mientras tanto, Mads y Bering estaban al otro lado de la sala, también mirando la misma pintura. Mads estaba impresionado por la observación de Madeliene y se acercó para preguntarle más sobre su perspectiva. Bering, curiosamente, también se unió a la conversación. Después de un rato, los cuatro se dieron cuenta de que compartían una pasión por el arte y comenzaron a hablar animadamente sobre diferentes artistas, estilos y técnicas. Fue una revelación maravillosa para todos, ya que habían estado buscando personas con intereses similares. El grupo terminó yendo a una cafetería cercana para continuar charlando sobre arte y sus vidas. Desde ese día, Madeliene, Alexander, Mads y Bering se han mantenido cerca y han explorado el mundo de arte juntos.