Gabriel Byrne y Madonna tuvieron una breve relación a finales de la década de 1980. La pareja se conoció en 1987 mientras filmaban la película "Sospechoso habitual" y comenzaron a salir poco después. Sin embargo, la relación no duró mucho tiempo y la pareja se separó en 1989. Se dijo que la razón de la ruptura fue la diferencia de edad y el estilo de vida de ambos. A pesar de la ruptura, Gabriel Byrne y Madonna siguieron siendo amigos y han hablado positivamente el uno del otro en entrevistas posteriores. En su autobiografía de 2020, "El Camino que No Elegí", Byrne escribió sobre la relación y dijo que estaba enamorado de Madonna en aquel entonces, pero que no estaba listo para lidiar con la atención mediática que venía con ella. En general, su relación fue breve pero sigue siendo recordada por muchos fans de la música y el cine.
