Un día, Jack y Mae se encontraron en una fiesta privada en una mansión en las afueras de la ciudad. Jack estaba en el bar, tomando una cerveza y conversando con algunos amigos, mientras que Mae estaba en el jardín, disfrutando de la música en vivo. Fue en el momento en que Jack decidió salir al jardín para tomar aire fresco que sus ojos se posaron en Mae por primera vez. Era hermosa, con un vestido rojo que se movía al compás de la música. Sin saber muy bien qué hacer, Jack se acercó a ella y le preguntó si quería bailar. Mae aceptó y se movieron al ritmo de la música, sintiéndose cómodos el uno con el otro. Después de esa noche, Jack y Mae siguieron hablando y viéndose cada vez más a menudo. Descubrieron que tenían muchas cosas en común y comenzaron una relación que se fortaleció con el tiempo. Ahora, años después de esa fiesta en la mansión, Jack y Mae siguen juntos y felices, recordando con cariño cómo fue que se conocieron.