La relación entre el príncipe heredero de Rumania, Carol II y Magda Lupescu fue controversial y polémica. Carol II conoció a Magda en 1916, mientras ella trabajaba como cantante en un café de Bucarest. A pesar de que él estaba comprometido con la princesa Zizi Lambrino, Carol II comenzó una relación amorosa con Magda. En 1921, Carol II se casó con la princesa Elena de Grecia y Dinamarca, pero su matrimonio estaba lleno de problemas y escándalos. Carol encontró consuelo en Magda, quien se había convertido en su amante. La relación entre Carol y Magda causó tal controversia que fue expulsado de Rumania en varias ocasiones y fue obligado a renunciar a su derecho de sucesión al trono. Después de la abdicación de su padre, Carol II se convirtió en rey en 1930 y trató de legitimar su relación con Magda. En un acto sin precedentes, Carol II pidió a Magda que se casara con él y, finalmente, en 1947, se casaron en secreto en Río de Janeiro. Sin embargo, su matrimonio no fue bien recibido y Magda se convirtió en una figura impopular en Rumania. La pareja vivió en el exilio durante gran parte de su matrimonio y después de la muerte de Carol II en 1953, Magda regresó a Rumania y murió allí en 1977. La relación entre Carol II y Magda Lupescu sigue siendo una controversia en la historia de Rumania y ha sido objeto de numerosas obras literarias y cinematográficas.
