Un día, Mala y Nick se encontraron por casualidad en el metro de la ciudad. Fue un encuentro breve pero eléctrico, pues ambos sintieron una especie de conexión inexplicable. Tras ese primer encuentro, no pudieron evitar cruzar miradas cada vez que se veían en alguno de los vagones del metro. Pasados unos días, Mala recibió un mensaje en su cuenta de Instagram: era una foto que Nick le había tomado en el metro y que había publicado con un divertido comentario. Mala respondió con otro comentario ingenioso y se inició una conversación que se tradujo en un intercambio de números de teléfono. Desde ese día, no dejaron de escribirse, hablar por teléfono y quedar para tomar café o dar un paseo por la ciudad. Descubrieron que tenían muchos gustos en común, desde la música hasta la comida favorita, y que compartían una forma de ver la vida fresca y desenfadada. Fue así como Mala-powers y Nick-sevano se conocieron, casi sin quererlo, en una de las rutinas diarias más aburridas y anónimas de la vida en la ciudad. Pero demostraron que una simple coincidencia puede cambiar por completo el rumbo de la vida.