Mala-Powers y Stanley-Rubin se conocieron en una convención de cómics en Nueva York. Ambos estaban disfrazados de sus personajes favoritos de superhéroes y, casualmente, se encontraron en el área de exposición de artistas. Mala-Powers estaba vendiendo sus propias obras de arte y Stanley-Rubin se acercó a su mesa para ver su trabajo. Quedó impresionado por la variedad y calidad de las ilustraciones, y empezaron a conversar sobre sus intereses comunes en los cómics y la cultura pop. Después de intercambiar sus redes sociales, continuaron charlando y descubrieron que tenían mucho en común. Mala-Powers era un fanático de la lectura y escritura de ciencia ficción, mientras que Stanley-Rubin era un gran coleccionista de figuritas de acción. De repente, un grupo de cosplayers irrumpió en el lugar y comenzó a animar a la multitud. Mala-Powers y Stanley-Rubin se unieron al baile y pudieron demostrar sus habilidades de baile imitando a sus personajes favoritos de anime. De esta forma, Mala-Powers y Stanley-Rubin se convirtieron en amigos y colaboradores creativos, trabajando juntos en proyectos de arte y literatura, y asistiendo a convenciones de cómics juntos cada verano.