Franco-Trentalance y Mandy-Bright se conocieron en una fiesta en Roma. Él se encontraba en la barra, bebiendo una cerveza cuando ella pasó a su lado y sus ojos se encontraron. Desde ese momento, Franco quedó cautivado por la belleza y sensualidad de Mandy. Después de algunas miradas y sonrisas, se acercaron uno al otro y empezaron a hablar. Descubrieron que compartían gustos similares en música, cine y literatura. La noche fue pasando y la química entre ellos era cada vez más evidente. En un momento de la noche, Mandy propuso que se fueran juntos a caminar por el centro de Roma. Franco aceptó sin dudarlo y así comenzó un paseo mágico por las calles iluminadas de la ciudad eterna. En el transcurso del paseo, se detuvieron en una fuente encantadora y se besaron. Fue ahí donde empezó una historia de amor apasionada y duradera entre Franco y Mandy, quienes disfrutaron cada momento juntos en los siguientes años.
