Marcelina estaba disfrutando de un día soleado en la plaza de Varsovia cuando se encontró con Rafal por casualidad. Se dieron cuenta de que sus cafés se habían intercambiado y comenzaron a hablar. Descubrieron que ambos eran fanáticos del cine clásico y pasaron horas hablando sobre sus películas favoritas. Luego, descubrieron que vivían cerca el uno del otro y decidieron intercambiar detalles de contacto para poder reunirse y ver películas juntos en el futuro. Desde ese día, se convirtieron en grandes amigos y luego en pareja, compartiendo su amor por el cine y la cultura.
