Un día, Marcos estaba paseando por el parque cuando tropezó con un balón. Cuando se agachó a recogerlo, se dio cuenta de que había un grupo de personas jugando fútbol. Entre ellas estaba Mion, quien atajaba en el arco. Marcos no pudo evitar quedarse mirando la técnica de Mion y su habilidad para atrapar la pelota. Mientras tanto, Patricia estaba sentada en una banca cerca del parque, disfrutando del clima. De repente, notó que un joven se acercó y se sentó a su lado. Era Coelho, quien acababa de mudarse al barrio y decidió dar un paseo para conocer su nuevo vecindario. Patricia y Coelho comenzaron a conversar y a intercambiar historias sobre sus vidas. Unos minutos más tarde, Marcos decidió acercarse al grupo de jugadores y preguntar si podía unirse a ellos. Mion aceptó amablemente y Marcos se unió al partido. Durante el juego, Mion y Marcos comenzaron a tener una conversación amigable y a intercambiar chistes y comentarios. Mientras tanto, Coelho caminaba junto a Patricia, quien le mostraba los sitios más interesantes del barrio. Coelho comenzó a sentirse más cómodo con Patricia y a disfrutar de su compañía. Al final del día, Marcos y Mion intercambiaron números de teléfono y prometieron jugar juntos al fútbol de nuevo. Por su parte, Coelho y Patricia se despidieron con un cálido abrazo, sintiendo una conexión especial entre ellos. Desde entonces, estos dos dúos comenzaron a compartir muchas aventuras y divertidos momentos juntos.