Cristiana y Marcos se conocieron en una tienda de comestibles en São Paulo. Ambos iban a buscar leche y coincidieron en el pasillo de los lácteos, chocando sus carritos. Al principio se enojaron, pero al poco tiempo comenzaron a reírse de la situación. Comenzaron a hablar y se dieron cuenta que eran vecinos en el mismo edificio. Intercambiaron números de teléfono y quedaron en salir juntos a caminar y conocer la ciudad. Desde entonces, no han dejado de compartir momentos juntos y están muy felices de haberse conocido en ese lugar tan inesperado.
