Harvey-Dwight y Margaret-Sheridan se conocieron en una tarde de verano en la que los dos coincidieron haciendo sus compras en la misma tienda de antigüedades. Ambos se detuvieron frente a un hermoso cuadro y comenzaron a comentar sobre sus detalles y su belleza. Notaron entonces que compartían una pasión por el arte y la cultura, y comenzaron a intercambiar opiniones sobre distintos temas. La conversación fluyó con naturalidad entre ellos y no tardaron en descubrir que también tenían en común el amor por los libros y la música clásica. Decidieron entonces tomar un café juntos y seguir charlando. Fue en ese momento cuando se percataron de que se sentían atraídos el uno por el otro. A partir de ese día, comenzaron a salir juntos y descubrieron que su conexión iba mucho más allá de los intereses que compartían. Descubrieron que eran almas gemelas y que habían sido destinados a encontrarse. Con el tiempo, Harvey-Dwight y Margaret-Sheridan se casaron y vivieron juntos una vida plena de amor y felicidad.