Luis Felipe II, duque de Orleans, era el nieto del último rey de Francia, Luis XVI, y el marido de Marguerite-Françoise de Buffon, hija del naturalista francés Georges-Louis Leclerc, conde de Buffon. La pareja se casó en 1837, cuando Luis Felipe era ya rey de los franceses. Se dice que la relación entre Marguerite y Luis Felipe era buena, pero que él se sentía un tanto incómodo con su pertenencia a la familia real, ya que su padre, el duque de Orleans, había votado a favor de la ejecución de Luis XVI durante la Revolución francesa. Sin embargo, Luis Felipe se aseguró de que su esposa tuviera una posición privilegiada en la corte y en la sociedad parisina. Marguerite, por su parte, era una mujer culta e inteligente, que compartía la pasión de su padre por la ciencia y la naturaleza. También era una apasionada defensora de los derechos de las mujeres y participó activamente en movimientos feministas de la época. Desafortunadamente, la pareja no tuvo hijos y, tras la revolución de 1848, Luis Felipe fue depuesto y exiliado. Marguerite lo acompañó en su exilio y estuvieron juntos hasta la muerte de Luis Felipe en 1850. Marguerite regresó a Francia en 1871 después de la caída del Segundo Imperio francés y murió en 1893. Su relación con Luis Felipe ha sido descrita como una unión feliz y amorosa, a pesar de las dificultades y del exilio.
