Mariana y Marino se conocieron en una exposición de arte en el centro de la ciudad. Los dos estaban admirando la misma pintura y comenzaron a hablar sobre ella. Pronto se dieron cuenta de que compartían un interés genuino por el arte y la creatividad. Thiago y Cunha se conocieron en un partido de fútbol donde los dos estaban jugando en equipos opuestos. Thiago le robó la pelota a Cunha pero luego se disculpó y le ofreció ayudarle a mejorar sus habilidades para la próxima vez. Desde entonces, jugaron juntos regularmente, y su amistad creció con cada partido.