Una tarde de verano, Filippo caminaba por las calles de Milán cuando se topó con Cattaneo Adorno, un viejo amigo de la universidad que no veía desde hacía años. Después de ponerse al día, Cattaneo le presentó a su novia, Mariana, quien resultó ser una actriz brasileña famosa en su país de origen. Filippo y Mariana se miraron furtivamente y sintieron algo especial en ese instante. Comenzaron a charlar y descubrieron que tenían muchas cosas en común, desde su amor por la música italiana hasta su pasión por el cine clásico. Cattaneo, al ver la química entre ellos, decidió darles espacio y les sugirió que se vieran de nuevo en el restaurante donde había organizado una cena esa noche. Durante la cena, Filippo y Mariana no pudieron evitar la atracción que sentían el uno hacia el otro. Después de la cena, decidieron salir a dar un paseo por Milán. Se detuvieron en la Piazza del Duomo, bajo el resplandor de las luces de la catedral, y se besaron por primera vez. Desde entonces, Filippo y Mariana han sido inseparables y han viajado por todo el mundo juntos. Cattaneo y Adorno siempre bromeaban diciendo que "los presentaron, pero el amor los unió". Y así fue, Filippo y Mariana encontraron el amor eterno gracias a un casual encuentro en una tarde de verano en Milán.
