Un día, mientras T.J. Holmes caminaba por el parque, se encontró con Marilee Fiebig. Su perro se escapó y T.J. lo ayudó a buscarlo. Después de una larga búsqueda, encontraron al perro jugando felizmente con otro perro. Los dos comenzaron a hablar y descubrieron que tenían mucho en común. Intercambiaron números y comenzaron a salir juntos. Ahora son inseparables y siempre agradecen a sus perros por haber sido su "cupido".
