Marina y Yuri se conocieron en una exposición de arte contemporáneo en Moscú. Ambos estaban admirando una obra de arte y comenzaron a hablar sobre su fascinación por la forma en que el artista utilizaba los materiales para crear una experiencia visual única. Después de conversar por un tiempo, descubrieron que compartían un profundo amor por el arte y la cultura. Desde entonces, continuaron viéndose en eventos culturales en toda la ciudad y finalmente se convirtieron en buenos amigos. Pasaron muchos días explorando galerías de arte, visitando museos y compartiendo historias e ideas sobre los artistas y las obras que habían visto. Su amistad fue una luz brillante en sus vidas y siempre estarían agradecidos por el día en que se conocieron en esa exposición de arte.
