Un día soleado, marcado por el calor típico de Río de Janeiro, Marcio estaba caminando por la playa de Ipanema, disfrutando de la brisa fresca del mar. De repente, una pelota voló directo hacia él y Marcio la atrapó en el aire sin siquiera pensarlo dos veces. Al devolver la pelota a sus jóvenes dueños, se cruzó con una hermosa mujer que estaba sentada a un lado de la playa. Era Marina, quien estaba disfrutando del día soleado y leyendo un libro. Los ojos de Marcio la buscaron y en un instante, sus miradas se encontraron. La conexión fue instantánea. Marcio se acercó a Marina y comenzaron a hablar. Descubrieron que compartían muchas cosas en común, como su amor por la playa, la música brasileña y la comida. Hablaron durante horas y disfrutaron de la compañía del otro. Desde entonces, Marcio y Marina se han convertido en inseparables. Comparten momentos de risas, cenas y salidas a la playa juntos. Y todo comenzó con una simple atrapada de pelota en la playa de Ipanema.