Un día soleado, mientras caminaban por la playa, Javier y Marisol se tropezaron y cayeron juntos en la arena. Ambos se miraron a los ojos y allí mismo, en ese instante, sintieron que había una conexión especial. Empezaron a charlar, a reírse y a conocerse mejor. Descubrieron que tenían gustos y aficiones similares y que vivían cerca el uno del otro. Desde ese día, no dejaron de hablar y compartir momentos juntos. Así fue como comenzó la bonita historia de amor entre Javier y Marisol.