Un día soleado de verano, Mark-Gil y Maricar-Jacinto se encontraron por casualidad en una pequeña cafetería del centro de la ciudad. Ambos estaban ordenando su café de la mañana cuando sus manos se tocaron accidentalmente mientras alcanzaban el mismo azúcar. Se miraron a los ojos por unos instantes, sonriendo tímidamente. Mark-Gil tomó la iniciativa y comenzó a hablar con Maricar-Jacinto. Descubrieron que tenían mucho en común: ambos eran amantes del café expreso y la música de los años 80. Después de pasar horas hablando, intercambiaron números y comenzaron a salir juntos regularmente. Se convirtieron en pareja rápidamente y comenzaron a explorar la ciudad juntos. Descubrieron rincones secretos y cafeterías escondidas en cada esquina. Ahora, años después, Mark-Gil y Maricar-Jacinto siguen juntos y disfrutan de cada taza de café que toman juntos recordando cómo se conocieron ese día soleado de verano en la pequeña cafetería del centro de la ciudad.
