Carolyn y Mark se conocieron durante una mañana de verano en un café local en el centro de la ciudad. Cuando Carolyn entró en el café, su pierna se enganchó en la puerta y se tropezó, derramando su café sobre la camisa de Mark. Mortificada, Carolyn se disculpó y Mark, sonriendo con amabilidad, le aseguró que no había problema. Mientras Carolyn limpiaba la mancha de café, ella y Mark comenzaron a hablar y rápidamente descubrieron que compartían una pasión por la literatura y un amor por los perros. Después de charlar durante un rato, Mark invitó a Carolyn a dar un paseo con su perro por el parque cercano. Juntos caminaron y hablaron, y la conexión entre ellos fue inmediata. Carolyn y Mark se dieron cuenta de que tenían mucho en común y decidieron reunirse de nuevo para una cena esa noche. La cena fue mágica y marcó el inicio de una hermosa relación de amor y amistad. Carolyn y Mark estaban destinados a encontrarse, y el simple accidente de la mancha de café fue el comienzo de un gran amor.
