Un día, Beatrice estaba caminando por la calle cuando se tropezó y cayó al suelo. Mark, al verla, corrió rápidamente hacia ella para ayudarla a levantarse. Al levantarse, sus miradas se encontraron y sintieron una conexión inmediata. Mark le ofreció su brazo para caminar juntos y ella aceptó encantada. Mientras caminaban, hablaron de sus intereses y descubrieron que tenían mucho en común. El tiempo pasó volando y se dieron cuenta de que no querían separarse. Desde entonces, se han convertido en inseparables, disfrutando de paseos por la ciudad, cafés y cines juntos. Su amor se ha fortalecido con el paso del tiempo y cada día agradecen haberse encontrado de la manera más inesperada.