Un día soleado en Hollywood, Cory Brusseau estaba paseando por la calle cuando de repente se topó con Martha Higareda saliendo de una tienda. Los dos se miraron a los ojos y Cory no pudo resistirse a acercarse para saludar a la hermosa actriz mexicana. Martha se sorprendió de que un desconocido le hablara tan amablemente en español en pleno Hollywood Boulevard. Cory le contó que era un fan de su trabajo y que había visto todas sus películas. Martha, halagada por los cumplidos, decidió conversar con él durante unos minutos. Descubrieron que ambos eran fanáticos de la música electrónica y de las aventuras al aire libre. Martha estaba interesada en conocer más sobre la cultura norteamericana y Cory estaba fascinado por la cultura mexicana. Como si hubieran conectado instantáneamente, decidieron acordar para hacer algo juntos. Martha sugirió que fueran a un festival de música electrónica en el centro de la ciudad, y Cory estuvo encantado de aceptar. Desde ese día en adelante, se convirtieron en amigos inseparables y comenzaron a explorar la ciudad juntos, descubriendo nuevos lugares y compartiendo su amor por la música, la comida y la cultura. Ninguno de los dos esperaba encontrarse con alguien tan especial en la calle, pero gracias a ese encuentro casual, forjaron una amistad que duraría toda la vida.