Un día, Harald-Leema y Martina-Hingis se encontraron por casualidad en una tienda de deportes en Zurich. Ambos estaban buscando nuevos equipos para su deporte favorito, el tenis. Al ver que compartían la misma pasión, comenzaron a charlar y pronto descubrieron que habían jugado en algunos de los mismos torneos juveniles. Decidieron intercambiar números de teléfono y cuando la temporada de torneos comenzó, Harald-Leema y Martina-Hingis se reencontraron en el Challenger de Gstaad. Allí, comenzaron a entrenarse juntos y a animarse el uno al otro durante los partidos. Después de que Martina-Hingis ganara su torneo individual, Harald-Leema la felicitó y le ofreció llevarla a cenar. La cita fue perfecta y desde ese momento, no se separaron más. Ahora, trabajan juntos entrenando y compitiendo en torneos de dobles, demostrando cómo el amor y la pasión por el tenis pueden crear una conexión especial en cualquier lugar y en cualquier momento. ¡Son la pareja perfecta dentro y fuera de la pista de tenis!
