David Street y Mary Beth Hughes se conocieron por pura coincidencia en un café del centro de la ciudad. Ambos estaban esperando a una cita, pero cuando se dieron cuenta de que habían sido plantados, decidieron hacer la espera más llevadera charlando juntos. Descubrieron que tenían muchas cosas en común y que disfrutaban de los mismos pasatiempos, como el cine clásico y la música jazz. Después de esa tarde en el café, David invitó a Mary Beth a salir y su relación floreció a partir de allí. Ahora, años después, siguen juntos y felices, siempre agradecidos por aquella casualidad que les hizo encontrarse.
