En una tarde soleada de verano, Mary y Richard coincidieron en la plaza del pueblo. Ambos estaban sentados en un banco, disfrutando del agradable clima. Mary, que había perdido un libro, lo buscaba por todas partes hasta que Richard se ofreció a ayudarla en la búsqueda. Tras una ardua búsqueda, finalmente lo encontraron detrás de uno de los jardines. Agradecida, Mary invitó a Richard a tomar un café en una cafetería cercana. Durante la charla, se dieron cuenta de que tenían una conexión especial y decidieron verse de nuevo. A partir de ese momento, comenzaron a salir juntos y a explorar la ciudad. Descubrieron que compartían muchos intereses y que se sentían muy cómodos en compañía del otro. Mary y Richard se enamoraron y vivieron muchas aventuras juntos, formando una hermosa y duradera relación.
