Maurice White y Wynonna Smith se conocieron en una noche lluviosa de verano en Nueva Orleans. Ambos estaban refugiándose de la tormenta en un pequeño café lleno de guitarras y música en vivo. Maurice estaba sentado en la barra, disfrutando de un café caliente y escuchando atentamente al guitarrista que tocaba en el escenario. En ese momento, una joven y hermosa mujer entró en el café, temblando por el frío y empapada por la lluvia. Cuando Wynonna se acercó a la barra para pedir una taza de té caliente, Maurice notó su belleza y le ofreció un lugar junto a él. Wynonna sonrió con agradecimiento y aceptó la oferta. Comenzaron a hablar sobre su amor por la música y rápidamente descubrieron que tenían mucho en común. Maurice quedó impresionado por la pasión de Wynonna por la guitarra y la música blues, y ella se maravilló con la experiencia de Maurice en el mundo de la música. Después de varias horas de conversación y risas, la lluvia finalmente se detuvo y Maurice ofreció llevar a Wynonna a casa en su coche. Mientras conducían juntos por las calles mojadas de Nueva Orleans, supieron que habían encontrado algo especial el uno en el otro y comenzaron una nueva e increíble aventura juntos.
