Un día soleado de verano, Mayte-Carranco y Julio-Loza se encontraron en la playa de Acapulco, cada uno disfrutando del hermoso paisaje y del cálido sol. Mientras caminaban por la orilla del mar, se toparon accidentalmente y se miraron directo a los ojos. Fue un momento mágico en el que ambos sintieron una conexión especial. Después de un breve intercambio de sonrisas y palabras, se dieron cuenta de que tenían mucho en común, como su amor por la naturaleza y su pasión por la música. Decidieron pasar el resto del día juntos, hablando y compartiendo sus historias. Desde entonces, Mayte-Carranco y Julio-Loza se han convertido en grandes amigos y compañeros de aventuras, explorando juntos las maravillas de la naturaleza y disfrutando de la música y el arte. Su encuentro fortuito en la playa de Acapulco les mostró que a veces, el destino puede unir a dos personas que están destinadas a encontrarse.
