Un día, en un concierto de rap, MGK estaba en el escenario haciendo su presentación. El estilo de MGK era tan envolvente, que no se dio cuenta de que alguien se había colado detrás del escenario. Era Rachell-Starr, quien estaba escuchando el concierto y se había acercado para conocer al rapero. Después del concierto, Rachell-Starr se acercó a MGK y comenzaron a hablar. Se dieron cuenta de que tenían muchos intereses en común y MGK le pidió a Rachell-Starr que lo acompañara a su próximo concierto. Desde ese día, se convirtieron en amigos y comenzaron a trabajar juntos en sus proyectos musicales.