Mía-Bonde y Ryan Sheckler se conocieron en una competición de skate en Los Angeles. Ambos estaban participando en la categoría de street y fue durante el calentamiento que se encontraron en la pista de patinaje. Ryan quedó impresionado por el estilo de patinaje de Mía y decidió acercarse para hablar con ella. Mía estaba un poco nerviosa al principio, ya que sabía quién era Ryan y también era fanática de su patinaje. Pero después de charlar durante un rato, se dieron cuenta de que tenían mucho en común no solo en su amor por el skate, sino también en su actitud relajada y su amor por la naturaleza. Desde aquel día, se convirtieron en amigos cercanos y comenzaron a patinar juntos siempre que podían.