Martha y Hagen se conocieron en una fiesta de cumpleaños. Hagen estaba vestido como un payaso, animando a la multitud con su bufonada y sus bromas extravagantes, mientras que Martha observaba todo en silencio. A medida que transcurría la noche, Martha se encontró cada vez más absorbida por las travesuras de Hagen, y comenzó a reírse junto con los demás invitados. Sin embargo, a pesar de la diversión que estaba teniendo, Martha decidió retirarse temprano y dirigirse a casa. Hagen la siguió pero no habló con ella en todo el camino. Al llegar a casa, Hagen le dejó un papel con su número de teléfono y una nota que decía simplemente "Llámame". Martha pensó en Hagen toda la noche, y finalmente decidió llamarlo al día siguiente. Hagen se alegró mucho de escuchar su voz, y propuso un encuentro en un café cercano. La conversación fluyó fácilmente, y pronto Martha se encontró charlando con Hagen como si lo hubiera conocido toda su vida. Desde ese día, Martha y Hagen fueron inseparables, pasando tardes enteras hablando y riendo juntos. Un día, mientras caminaban juntos por el parque, se encontraron con Michael-Ian Black, un amigo mutuo que Hagen había conocido en la universidad. A medida que hablaban, Martha se dio cuenta de que había algo especial en la forma en que Michael y Hagen se entendían mutuamente. Poco a poco, Martha comenzó a conocer a Michael también, y los tres se convirtieron en un trío inseparable. Juntos, pasaron muchos momentos hermosos, compartiendo risas y confidencias, y construyendo una amistad que duraría toda la vida.
