Michèle Cordoue y Yves Allégret mantuvieron una relación sentimental y profesional durante varios años en la década de 1950. Cordoue era una actriz francesa que trabajó con Allégret en varias de sus películas, incluyendo "Les Miracles n'ont lieu qu'une fois" en 1951 y "Les Orgueilleux" en 1953. Allégret, por su parte, era un director de cine francés conocido por su trabajo en películas como "Les Amants de Montparnasse" en 1958 y "Le Puits aux trois vérités" en 1961. También fue el hermano del famoso escritor y cineasta francés Marc Allégret. La relación entre Cordoue y Allégret parece haber sido complicada y tumultuosa. En su libro "Ma Vie en Cinémascope", el actor francés Jean-Claude Brialy describe a Allégret como un hombre errático y temperamental que a menudo se comportaba mal con Cordoue. Según Brialy, Allégret era celoso y posesivo, y su relación con Cordoue se vio afectada por sus problemas personales y sus infidelidades. Pese a todo, la pareja trabajó juntos en varias películas y su relación parece haber terminado amistosamente en algún momento de la década de 1960. Allégret continuó su carrera como director hasta su muerte en 1992, mientras que Cordoue se retiró de la actuación a mediados de los años 60 y se convirtió en productora de televisión.
