Bruce Davison y Michele Correy se conocieron de una manera inesperada. Resulta que ambos estaban en una conferencia de escritores en Nueva York, aunque en grupos diferentes y en salas diferentes. Fue durante el receso que Bruce y Michele coincidieron en la cafetería y chocaron accidentalmente mientras buscaban mesa para sentarse. Ambos se disculparon y comenzaron a conversar, dándose cuenta de que tenían mucho en común, y decidieron intercambiar números de teléfono. Una semana después, Bruce llamó a Michele para invitarla a cenar, y la química entre ellos fue instantánea. Desde entonces, han estado juntos y han trabajado en varios proyectos literarios juntos.
