Un día, Armando Riesco y Michelle Heaton se encontraron en un café. Armando estaba sentado en una mesa sola leyendo un libro, mientras que Michelle estaba en la barra esperando su café. Al principio, no se hablaron, pero luego se dieron cuenta de que estaban leyendo el mismo libro y comenzaron a hablar de ello. Resultó que tenían muchos intereses en común y terminaron pasando varias horas juntos en el café, hablando de todo tipo de cosas. Al final del día, intercambiaron números de teléfono y prometieron volver a reunirse pronto. Desde ese día, se convirtieron en buenos amigos y comenzaron a trabajar juntos en varios proyectos emocionantes.