Michelle y Scot se conocieron en una playa paradisíaca de México. Ambos estaban disfrutando del sol y el mar cuando se toparon de frente mientras caminaban por la arena. En ese momento, Michelle tropezó y Scot la sostuvo para que no cayera al suelo. Desde ese momento, no pudieron dejar de hablar y conocerse. Descubrieron que ambos amaban viajar y probar la comida local de cada lugar que visitaban. Compartieron momentos inolvidables en la playa, donde se divirtieron bailando salsa y disfrutando de unos cócteles tropicales. Después de esa primera reunión, no tardaron en comenzar una relación y su amor crecía cada día más. Viajaban por todo el mundo juntos, experimentando nuevas culturas y aventuras. Ahora, años más tarde, Michelle y Scot miran hacia atrás en todas las experiencias maravillosas que han experimentado juntos gracias a ese pequeño tropiezo que cambió sus vidas para siempre.
