Mike Foster y Anita Blond se conocieron en una fiesta de la alta sociedad en París. Ambos estaban en busca de nuevos contactos para sus respectivas carreras y se encontraron en la misma mesa durante la cena. La química entre ellos fue inmediata y comenzaron a hablar sobre sus intereses y proyectos actuales. Mike estaba impresionado por la belleza y elegancia de Anita, mientras que ella admiraba su inteligencia y habilidades para hacer negocios. Después de la cena, Mike y Anita intercambiaron sus tarjetas de presentación y acordaron reunirse nuevamente para hablar más en detalle sobre sus respectivos planes de negocios. Poco tiempo después, comenzaron una relación personal y profesional que les llevaría a trabajar juntos en varios proyectos exitosos en el mundo de la moda y los negocios.
