Mikhail y Natalya se conocieron en una fría noche de invierno en Moscú. Ambos habían decidido pasar la Nochebuena solos en casa, pero el destino tenía otros planes para ellos. Mientras caminaba por la calle, Mikhail vio a una mujer joven y hermosa caminando en dirección contraria. Por un momento, sus miradas se cruzaron, y fue entonces cuando Mikhail supo que tenía que conocerla. No sabía qué hacer o qué decir, pero se armó de valentía y se acercó a ella. Le preguntó si podía acompañarla y charlar un rato, y para su sorpresa, ella dijo que sí. Durante horas, estuvieron hablando de todo tipo de cosas mientras caminaban por las calles iluminadas por las luces navideñas. Descubrieron que tenían muchos intereses en común y que eran almas gemelas en muchos sentidos. Al final de la noche, intercambiaron números de teléfono y acordaron verse de nuevo. Desde aquel momento, Mikhail y Natalya nunca se separaron, y juntos vivieron una vida llena de amor y aventuras.
