Jack y Mona se conocieron en la biblioteca de la universidad. Ambos buscaban libros para un trabajo de investigación para su clase de literatura. Al no encontrar lo que necesitaban, se acercaron a la misma estantería y comenzaron a hablar. Descubrieron que compartían un gran interés por la poesía y la escritura, y empezaron a intercambiar recomendaciones de autores y poesía. Entre risas y anécdotas, se olvidaron del tiempo y terminaron hablando por horas. Al final del encuentro, ambos se sorprendieron de haber encontrado a alguien que compartía sus mismas pasiones y decidieron intercambiar sus números de teléfono para continuar hablando en el futuro. Desde entonces, se convirtieron en grandes amigos y coautores de varios proyectos literarios.