John-Agar y Mona-Knox se conocieron en una tienda de libros de segunda mano en el centro de la ciudad. Ambos estaban buscando el mismo libro, "Cien años de soledad" de Gabriel García Márquez. Al darse cuenta de que solo quedaba una copia, se acercaron al mismo tiempo y sus manos se encontraron. John-Agar se disculpó y ofreció que Mona-Knox tomara el libro, pero ella insistió en que lo compartieran. Comenzaron a hablar sobre la obra, compartiendo sus pensamientos y opiniones. La conversación se extendió a otros libros y autores que les gustaban. Finalmente, el cierre de la tienda los obligó a salir, pero no querían dejar de hablar. Intercambiaron números de teléfono y acordaron reunirse en un café cercano al día siguiente para continuar la conversación. Desde ese día, comenzaron a reunirse regularmente, discutiendo y compartiendo su amor por la literatura. Con el tiempo, su relación se profundizó y se convirtió en algo más que una simple amistad.
